Mostrando entradas con la etiqueta ¿Realidad o ficción?. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ¿Realidad o ficción?. Mostrar todas las entradas

28 de febrero de 2007

Planes

Hacer planes para nada, la mayoría se quedan en proyectos frustrados, en idílicas ideas abortadas que siempre parecen mejores que lo real, y sin embargo no podemos seguir adelante sin ellos, lanzarnos ciegos al vacío de los días para improvisar respuestas a preguntas desconocidas, porque sabemos que no seremos capaces de tomar decisiones apresuradas y nos sentimos indefensos sin el apoyo reconfortante de nuestros planes, siempre perfectos, siempre errados, en los que nada parece poder fallar, pero algo ocurre en algún momento que impide nuestros deseos, a veces otros se nos imponen desde fuera frustrando el futuro que creíamos perfectamente diseñado, otras ni siquiera nos damos cuenta, pasan los días y compruebas que todo aquello que ibas a hacer aguarda aún su turno, relegado a una oportunidad mejor que parece no llegar nunca, y el tiempo se acelera y comienzas a pensar que nada de lo que planeaste se cumplirá.

Así que me debato en la indecisión de planear el futuro o no, de arriesgarme a caminar desprovista de soluciones o de sentir el desencanto de ver cómo todo lo que imaginamos desaparece una vez más sumergido en las insondables aguas del mar del olvido.

15 de enero de 2007

Mensajes en las botas

Ya no me dejas mensajes en las botas
que me recuerden tus besos en mi boca.
Ya no me dejas un sitio en la cama
para que sienta todo lo que me extrañas.

Ya no susurras palabras al oído
que me conviertan en tu único testigo.
No sé si acaso el invierno te ha llegado
con una lluvia que te ha dejado helado.

Y ya ves, algo está cambiando y no sé si es amor o ya no lo es...

Ya no caminas tan cerca de mi lado,
ya no me miras de arriba para abajo.
Hoy te despiertas de alguna pesadilla
y mañana me tiras de tu silla.


Yo quiero a tus flechas y heridas
ponerle algo que te vuelva a la vida.
Tú ya no quieres con nadie explicarte,
yo ya no soy con la que vas a todas partes.

Ya ves, retrocedo para no ser justo lo que tú no quieres ver...

Algo está cambiando,
algo está pasando, algo no está rodando
y no sé qué es.
Me estás matando, me estás devorando una y otra vez.

Ya no me miras sin ver ningún pecado,
ya no sonríes como mi buen aliado,
ya no me atrapas antes de la comida
con un abrazo en mitad de la cocina.

Ya ves, retrocedo para no ser justo lo que tú no quieres ver...

9 de enero de 2007

La estación


Te has anclado en la estación
y tu rostro se diluye por las páginas en blanco de mi vida
y aún no sé si el tren se partió en dos
o era mi alma que lloraba flores muertas
o el delirio quién lloró,
o era lluvia, o fue tu piel, o el cielo en alto,
o las calles, o los perros o la nieve en tu portal.

Me impediste concretar la despedida,
y te fuiste tan deprisa
que no pude respirar
ni agarrarme a la ciudad en la que todo se hundía.

Y ví el mar en la Gran Vía
y soñé con navegar,
y soñé con naufragar entre las mantas
que me echaste por encima aquella noche
que llegué tan desnuda, tan así, tan imperfecta.

Y ahora doy
a los mendigos el adiós
que no te dí
y me duermo en la estación.

Te has anclado en la estación
y tus ojos se diluyen entre lágrimas gigantes
que explotan al caer.

Alguien tiene que perder cuando se juega,
solo quise verte muerto y enterrado en un papel.
Tu recuerdo en un papel, en una carta,
junto a todos los poemas que un invierno te escribí.

Tanto frío y un dolor que no se borra,
que le duele hasta a mi sombra cuando le roza tu voz.
Y ahora duermo en la estación.